martes, 11 de marzo de 2014

Noche

Ella me dejó un poema
colgando de la puerta.
Yo tenía un cuaderno de frases robadas,
diálogos de muertos
como bitácora del azote salvaje y cotidiano.
Ella trajo el frío, la voz que ciega el silencio.

Había pintado la piedra para el naufragio,
sesos repartidos entre la hoja y el anhelo.
Su ausencia fue el aullido de la noche
que secuestró al aire.

He intentado
(yo también, aún sin nombre)
salir de esta página,
de la sombra cosida,
volver al entrecomillado
de alguna redacción suicida.
Ella tejió mis parpados a la esperanza y a la espera,
llamó a la vida como testigo del tiempo.

Ahora estoy a solas con su nostalgia,
ella me dejó un poema colgando de la boca,
arrancó las paredes de esta  casa de espanto.
Voy a cerrar la puerta,
            Esta noche ella poblará mis versos.

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