miércoles, 7 de marzo de 2012

Insatisfecho fragmento de "Tiempos"

"Con
el año bisiesto mi reloj se alteró. Lo noté hasta pasados cinco días y fueron
necesarias engorrosas correcciones en mi diario personal, tachones de otro modo
innecesarios. Durante los tres años anteriores no hubo problema; la fecha
correspondía con el día en cuestión, esto según los calendarios en uso.
Previo
a eso el reloj pertenecía a mi padre, no puedo tener constancia de su funcionamiento.
Sucede que ahora es mío y su funcionamiento es, a decir verdad, deficiente en
general, esto casi como un alago. Justo cuando necesitaba un reloj dada una
ridícula perdida del anterior, aparece él, mi padre, con la respuesta de este
viejo reloj usado y deficitario.
Siempre
hay algo con los relojes para mí, digo, tienen cierto significado que
encierra algo de mi historia, no como el evento de tener un nuevo reloj y las
aventuras poco interesantes que ello pueda implicar en un vida de por sí
sencilla, sino en relación al sentido de la vida, mi historia como aparecer de
mi existencia en el mundo pues. Su historia es en cierto modo una metáfora bastante
simple. Mi primer reloj lo obtuve de mi padre, aún funcionaba cuando me deshice
de él al cambiarlo por uno de brazalete punk que me dio como regalo de
cumpleaños tardío mi primer novia, ese lo cambié por el de la segunda, luego el
siguiente y así. Al final no poseo uno propio, tampoco mantuve personalidad o
firmeza; nunca me he comprado uno.
Algo
similar a eso asumo como mi pasado, con mi vida hasta los tiempos de la muerte
y el tedio; eso siempre como melodramático corolario de mi intento de vida
anclado en un reloj que no lleva a nada. También suelo tener conflictos con la
palabra melodrama." (Tiempos)
Con
el año bisiesto mi reloj se alteró. Lo noté hasta pasados cinco días y fueron necesarias engorrosas correcciones en mi diario personal, tachones de otro modo innecesarios. Durante los tres años anteriores no hubo problema; la fecha correspondía con el día en cuestión, esto según los calendarios en uso.
Previo
a eso el reloj pertenecía a mi padre, no puedo tener constancia de su funcionamiento. Sucede que ahora es mío y su funcionamiento es, a decir verdad, deficiente, esto casi como un halago. Justo cuando necesitaba un reloj dada una ridícula perdida del anterior, aparece él, mi padre, con la respuesta de este viejo reloj usado y deficitario .
Aviso
que siempre hay algo con los relojes para mí, digo, tienen cierto significado que encierra algo de mi historia, no como el evento de tener un nuevo reloj y las aventuras poco interesantes que ello pueda implicar en un vida de por sí sencilla, sino en relación al sentido de la vida, mi historia como aparecer de mi existencia en el mundo pues.
Algo
de su historia constituye en cierto modo una metáfora bastante simple de mi vida. Mi primer reloj lo obtuve de mi padre, aún funcionaba cuando me deshice de él al cambiarlo por uno de brazalete punk que me dio como regalo de cumpleaños tardío mi primer novia, ese lo cambié por el de la segunda, luego el siguiente y así. Al final no poseo uno propio, tampoco mantuve personalidad o firmeza; nunca me he comprado uno.
Terrible
, al parecer algo similar a eso es lo que asumo como mi pasado, con mi vida hasta los tiempos de la muerte y el tedio; eso siempre como melodramático corolario de mi intento de existencia anclada en un reloj que no lleva a nada. También suelo tener conflictos con la palabra melodrama.
Ocurrirá
supongo, por siempre de esa misma manera.



lunes, 5 de marzo de 2012

Fragmento de "Tiempos"



"Hoy me voy a la cama con una derrota más, sin saber si debo sentir tristeza por el
resultado, o vergüenza por el emprendimiento, quizá más que una derrota, sea la
vivencia de los restos de un triunfo del que no acabo de darme por enterado de
su fenecimiento, algo que como todo, fallece sin que termines el luto, no lo sé
últimamente no sé nada o dudo de todo, particularmente de mí. Hubo un tiempo en
que pensaba en escribir nuestra historia como una bella novela, cuyo final
apelaría a la esperanza de un amor más humano, más sincero, sobre el que se
diera una existencia más autentica; ahora no tengo certezas para un epitafio
noble, escribo estas notas como segundotercer final para esta historia
imaginaria y parcial, me gustaría poder decir como un Neruda, que estas son las
últimas líneas que te escribo, pero ello implicaría o firmeza de mi parte o
conocimiento del futuro, vos sabés bien que no poseo ninguno, mucho menos
firmeza. Si escribo estas notas íntimas en un lugar tan público, en cuadernos,
muros, pixeles en una página donde mañana no serán noticia, es buscando en lo
externo la constancia de la que carezco internamente, tal vez así, cuando
coloque el punto y revise de mala forma la ortografía me sienta obligado a
dejar de escribir finales de esta historia sin cuerpo" (Tiempos)