martes, 21 de enero de 2014

Venir

Cuando se fue
volvió la poesía.

No trastabilló tras la puerta
no fue grito en espejo
no vino callada como sombra
ni como grito en boca de mujer extraña.

Ni como lamento vino
ni como susurro
ni como érase-una-vez
ni como poco-sabía.

No era musa,
no residía en bebida espirituosa
ni en humo sospechoso
ni en húmedo gemido lastímero.

No se llamó venganza,
no fue compañera de dolor
ni trapo de llanto.

Apareció, si lo hizo,
como residuo cotidiano,
mirada en ventana abandonada,
como fondo de existencia,
como imagen puesta-sobre-mí-trás-de-mí.

Vino complemento a la esperanza
y como grito, temblazón,
tal vez, tatuaje,
columna vertebral
grito si es necesario
               y si no importa