viernes, 19 de noviembre de 2010

jueves, 18 de noviembre de 2010

Para ver la Cenicienta


Análisis sociosemiótico: Connotaciones en La Cenicienta

Las películas de Disney, apuntan Dorfman y Mattelart (1979) se introducen en la cotidianidad, se presentan como sacras, criticar la Cenicienta es un sacrilegio moderno, dado que se ve como algo hermoso e inofensivo, sin embargo tal y como lo demuestran los autores a propósito del Pato Donald, estas obras suponen una ideología que viene a legitimar el orden existente, en esta sección intentaremos hacer otro tanto al desmembrar la película en cuestión para determinar que se está connotando detrás de la magia y la inocente belleza de la película.
Lo primero que llama la atención es el nombre “cenicienta” que significa una mujer cubierta de cenizas, este nombre designa su condición esclavizada por su madrastra y sus hermanastras, no obstante lo tiene previo a estas y lo continua teniendo luego de que es “reivindicada” por el príncipe, de modo de pese a que logra ser feliz, su carácter de empleada no cambia en tanto sigue siendo la “cenicienta” (la cubierta de cenizas por estar limpiando pisos y chimeneas). Resulta evidente lo anterior en el tanto la película se instaura como un apología a lo que debe ser el comportamiento de la mujer, que es femenina, entendido como sumisa, trabajadora, siempre hermosa pese al trabajo. Cenicienta es el prototipo de mujer ideal e idealizada, de corte ario, europea, blanca, alta, ojos azules, etc.
De hecho es justamente este trabajo lo que parece hacerla hermosa, esto si se considera que sus hermanastras que no trabajan no son “femeninas” sino que son presentadas con rasgos grotescos y/o andróginos (pies grandes, rasgos como la nariz y las cejas) lo cual es evidente cuando estas cantan y desentonan de forma terrible, mientras Cenicienta canta mucho más hermoso, a la vez que limpia pisos. Otro rasgo presente en Cenicienta es que esta no busca solucionar su situación ni espera que se de el cambio, sino que lo que realmente espera (y se dice explícitamente en las canciones de la película) es un amor que la reivindique, por lo que la mujer es presentada como un ser que merita un correlato para realizarse, no hay autoproducción ni autorrealización positiva, y la llave para acceder a esta realización es la belleza de corte material, pues la Cenicienta depende de un vestido para poder “ser y ser aceptada”.
Llama la atención ver como si se consideran otras películas de Disney, igualmente es a la mujer a la que le toca ser rescata y necesita de un hombre, de un esposo, para desarrollarse, por el contrario si pensamos en Tarzán o Peter Pan, estos no necesitan de la mujer más que como accesorio o compañía, pero no en tanto correlato esencial, estos si son perfectamente capaces de arreglárselas por sí mismos.
De lo anterior se saca otra conclusión, no importa lo terrible de la situación, no hay que intentar cambiarla por uno mismo, sino que hay que esperar, y este esperar deviene en una solución individualista y mágico-maravillosa, pues es el “Hada madrina” quien le auxilia, por lo que quien ayuda es un ser maravilloso con una relación personal y particularizada (una madrina) que con sus poderes mágicos subvierte el orden opresivo y la entrega al príncipe, el acto de poner la zapatilla emula el acto de poner el anillo matrimonial, Cenicienta es entregada al príncipe.
Otro elemento que resalta la apología al ideal de mujer sumisa es el episodio de los ratones que cosen, pues uno de estos trae una aguja para coser, pero una de las “ratoncitas” le dice que eso es de mujeres y que mejor se dedique a “busca más enseres”, es decir que la mujer se ve como ama de casa y el hombre como proveedor, estos salen afuera enfrentan los peligros del gato y proveen de comida a las ratoncitas que se quedan en el cuarto de Ceniciento, la historia de los ratone reproduce y legitima la división sexual del trabajo. Es importante acotar que en la película los animales adquieren características y carácter humanos, de hecho es posible transformarlo en personas humanas de clases bajas como un caballo en cochero o un perro en ayudante, lo cual implica también una visión de inferioridad sobre las clases bajas.
De este punto se puede mencionar agregar la naturalización de una jerarquía que abarca incluso los animales, llama la atención que Cenicienta solo pueda ser reivindicada por un príncipe, que el rey pueda avasallar impunemente incluso a sus seguidores más cercanos y que los servidores de estratos más bajos, como guardias son todos iguales, el mismo rostro, el mismo porte, como queriéndose indicar que las personas de estratos medios o bajos (cocheros, ayudantes, guardias, sirvientes) fuesen intercambiables y desechables, dado que de todos modos son todos iguales, y bastaría con colocar a otro exactamente igual, a lo que habría que agregar la mencionada posibilidad de transmutar un perro en una de estas personas, es decir son tan inferiores como un perro.
Dejando de lado a Cenicienta podemos ver en la figura del rey la imagen del buen y agradable tirano que puede intentar asesinar a sus súbditos por un capricho egoísta de casar casi a la fuerza a su hijo con el fin de tener nietos, amenazarlo y condenarlo a muerte, sus deseos por absurdos o injustos que sean (como visitar casa por casa a todas las “doncellas del reino”) deben ser cumplidas so pena de muerte. Además este personaje ve en la esposa nada más un medio para procrear hijos, ese es su deseo, él no quiere que el príncipe se case y se desarrolle amorosa y libidinalmente, sino únicamente que tenga una esposa para que tenga hijos. Lo curioso de todo esto es que se presenta de forma graciosa, el episodio donde ataca con una espada al duque parece un jocoso juego de almohadas, con lo que se legitima la violencia, en especial la de los gobernantes contra quienes no detentan tanto poder o tienen posiciones inferiores en la escala de estratificación social.
De acá saltamos al carácter propio del reino, este se presenta sin historia: al igual que el rey no se sabe como se formó, como obtuvo ese título, ni como fue un reino prospero, no se ven pobres en él, tal vez porque no están invitados al baile, recordemos la película se desarrolla en el palacio y en una casa de ricos caídos en supuesta desgracia, pese a que esta bancarrota de la familia de Cenicienta no se aprecia dados los lujos con que viven la madrastra y sus hijas. Al no haber pobres el reino, prospero y rico culturalmente niega que la riqueza se base en la explotación (pese a que se trata de una monarquía absoluta).
La carencia de historia niega todo cambio social, deja el reino y la monarquía ejercida por el rey como algo natural, que brotó naturalmente, los individuos solo se dedican a vivir ese perfecto mundo, no ha actuar en él, lo cual sería generar cambios y eso implicaría historia y que no es perfecto. Los únicos cambios que se dan son vanos y meramente familiares y consisten o en hechos simples o en reivindicaciones del orden social cuando se ha pervertido, como lo es reivindicar a Cenicienta.
Otra cosa que sucede con la carencia de historia es la satanización de los “malos” estos se presentan como malos por naturaleza, seres malvados y diabólicos (el gato se llama Lucifer y emula a la madrastra) la existencia de estos “malos por naturaleza” implica que solo se puede tratar con ellos eliminándolos, en esta película esto no sucede con la madrastra y con las hermanastras (como si en el cuento original de Perrault y en la mayoría de películas de Disney como el Rey León, Peter Pan, Blanca Nieves, donde el malo es destruido) pero si muere el gato, que representa a la madrastra (misma mirada, mismo color gris-negro). Esta postura legitima acciones violentas como la emprendida contra Irak y Afganistán donde los habitantes de estos pueblos se visualizan como seres malignos por naturaleza a los que solo se puede destruir. La madrastra no tiene historia, no se sabe que vivió ni que sufrió, no se dice porqué es así de malvada, ni quien fue su primer esposo o que pasó con dicho matrimonio de cual son producto sus dos hijas.
Además en este reino utópico sin historia y sin pobres (al menos no visibles) dominado por una jerarquía monárquica dictatorial totalmente “justa y natural” no se experimentan necesidades, la vida es un divertimento de unos por esperar el amor y de otros por fastidiar a la ingenua inocente que espera que otros cambien mágicamente su vida.
A la vez la película es una apología a la familia tradicional, la perversión se da por el “buen deseo” del padre de conseguirle una madre a Cenicienta (restaurar la unidad familiar nuclear) pero si destruye al perderse de nuevo esta unidad con la muerte del padre, la madrastra se muestra como una perversión maligna y satánica que trae consigo su prole demoníaca, de hecho se podría afirmar que el desastre es una especie de castigo o consecuencia por no aceptar la viudez y forzarla con malformaciones como una segunda esposa que es foránea de la familia nuclear básica; de esta misma forma Cenicienta se reivindica casándose con el príncipe, es decir ingresando a la familia nuclear.