jueves, 12 de febrero de 2015

El hijo

Te estaba leyendo, juan
y me dabas unas ganas de llorar
le hablabas al hijo
le pedías al mundo
que no le reservara tantos dolores,
que no subiera el pan
que le dejara algo de leche,
algunos pájaros,
unos amigos.

Hablabas de su rostro
que aun no veías
cubierto con el vientre como cielo
usabas palabras como cuna
pañal la bata,
y el amor era el cuenco
de tus manos sosteniendo el mundo.

Te estaba leyendo, juan
y me daban unas ganas de llorar,
porque la vida le reservó pan
canto de estrellas
cuna de llanto
en el mar profundo de los desaparecidos.

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